Sinopsis
El Coronel no tiene quien le escriba Gabriel García Márquez Esta historia narra la vida de un coronel y su mujer enferma, que sufre constantes ataques de asma y que además posee una dependencia hacia la memoria de su difunto hijo. El coronel es un hombre muy delgado por la poca alimentación que recibe. Es seguro de sí mismo, no pierde la esperanza ni la fe y su pensamiento es muy positivo y a pesar de la muerte de su hijo no se ha dejado abatir por el dolor. Son una pareja muy peculiar con innumerables e interminables problemas. Poseen un gallo que según sus vecinos del pueblo es el mejor de toda la región. Por esa razón el coronel lucha todos los días para poder alimentar al animal ya que supone que gracias a él podrán ganar dinero y fama. Pero el problema es que el alimento que poseen es tan escaso que sólo alcanza para uno y el coronel prefiere alimentar al gallo antes que comer él y su mujer y ahí radica uno de los disparadores de las constantes trifulcas con su esposa. Así el coronel va vendiendo la mayoría de sus muebles y todos los objetos de la casa con tal de conseguir dinero para darle de comer al gallo. A la vida de esta desafortunada pareja hay que añadirle una nota bastante peculiar y es que desde hace tiempo está aguardando la llegada de una carta conteniendo dinero. La carta con el dinero no llega, el coronel se niega a vender el gallo y las peleas con su esposa son cada vez más fuertes.
Espacio:
El espacio donde se desarrolla la acción es algún pueblo de América del Sur sin que en ningún momento se haga una referencia concreta hacia algún lugar en especial.
Tiempo:
La perspectiva del tiempo, en general, se desarrolla de manera cronológica, aunque en la época más dura y crítica para los protagonistas, García Márquez hace pasar el tiempo con mayor lentitud, remarcando así la angustia que viven. En cambio hay momentos, en que se acelera el transcurso del los acontecimientos, dando sensación de rapidez.
Tiempo espacial:
Citas textuales del libro par ser mas especifico en los lugares:
Vivía en el extremo del pueblo, en una casa de techo de palma con paredes de cal desconchadas. […] El coronel descendió hacia la plaza por un callejón de casas apelotonadas. Al desembocar a la calle central […] Vio al alcalde en el balcón del cuartel […] cambió de sentido. En los barrios bajos […] Y se despidió en la puerta de su casa (don Sabas), un edificio nuevo, de dos pisos, con ventanas de hierro forjado. […] la tienda de la esquina… “
En estas líneas, descubrimos que el lugar donde vivía el coronel, era de dimensiones medias, es decir, que no se trata de una ciudad pero tampoco de un pueblucho. Aunque da la sensación, por sus descripciones, que se trata de una población modesta, humilde.
“Lo persiguió por la calle paralela al puerto, un laberinto de almacenes y barreras con mercancías de colores en exhibición. […] esperó las lanchas frente al consultorio del médico. […] El río era una lámina de acero […] Cruzó la calle paralela al río… “
Nos habla del puerto, por lo tanto se trata de un pueblo de la costa; y que además, es atravesado por un río. Parece ser una zona pesquera, ya que se nombran almacenes y mercancías.
“Siguió al administrador a través de los bazares del puerto hasta la plaza. […] Pasó de largo por la oficina de correos. Un momento después estaba sumergido en la turbulenta atmósfera de la gallera. “
Apreciamos aquí, con mayor claridad, la estructura del pueblo y la ubicación de varios lugares que lo componen.
Por otro lado, tenemos la persistente lluvia que baña al lugar. Lluvia que se convierte en símbolo de la destrucción del mundo y sus gentes.
Con éste fenómeno, en principio natural, el autor nos hace sentir tristeza, cambiando la visión de las cosas, y cundiéndolas de un manto fúnebre.
Márquez nos logra transmitir éste efecto, mediante alusiones referentes a la lluvia, como por ejemplo:
“ Desde que empezó a llover […] Escampó después de las nueve […] Llovía despacio pero sin pausas […] a pesar de la lluvia […] pero no llovía […] comenzó otra vez la llovizna […] Ya no llueve más […] No escampó en varios días […] Llovió después de medianoche […] Durante media hora sintió la lluvia […] El pueblo se hundió en el diluvio […] el rumor de la lluvia […] cuando acabe de llover […] a través de la lluvia […] la lluvia es la lluvia desde cualquier parte…”
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